De Ricardo Alemán (El Universal)
Se le podría aplicar la receta que él mismo hizo famosa: "¡Serénese, señor candidato!".
Y es que Andrés Manuel López Obrador parece nervioso, asustado.
Quienes lo conocen, aquellos que a diario cruzan palabras con él, dicen que está irritado.
Se exalta por nada y se le percibe nervioso y hasta asustado.
Y todo porque una buena parte de las encuestas públicas, y la mayoría de los sondeos internos, muestran que AMLO va a la baja en las preferencias electorales.
Y no es tanto la tendencia a la alza que reporta el candidato panista Felipe Calderón -que no rebasa dos puntos porcentuales-, sino la caída sostenida que muestran las preferencias hacia el candidato de la coalición Por el Bien de Todos.
Pero los signos del nerviosismo y la irritación de López Obrador no sólo los perciben sus más cercanos colaboradores, sino que están a la vista de todos.
López Obrador está nervioso.
Por eso ha llegado al despropósito, al extremo del cinismo, al comparar a Felipe Calderón con René Bejarano.
Dijo ayer, en Michoacán: "Hablan de las maletas de Bejarano, ¿y las maletas que está recibiendo el candidato del PAN, ahora de Banamex y de otra gente? Nada más que no hay videos, eso es lo único, pero claro que está recibiendo maletas de dinero".
AMLO escupe para arriba.
Y es que se siente perdido.
Al tiempo.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home